miércoles, 30 de agosto de 2017

ENSAYO DE LALALAND


LALALAND



Es una película romántica y musical estadounidense del año 2016. Los protagonistas de esta historia son Mía y Sebastián, una joven aspirante a actriz y un apasionado músico de jazz con sueños de abrir su propio club y ser famoso; ellos se llegan a conocer y enamorar en los Ángeles mientras intentan hacer realidad sus sueños. Al mismo tiempo tendrán que afrontar las frustraciones que se presentan en el camino y una de ellas será seguir juntos o luchar por sus sueños por separado.

Mía comparte piso con tres amigas y que como cualquier joven cuelga en la pared de su cuarto un gran poster de la estrella de sus sueños, tiene mala suerte en todos sus casting y su forma de lucha de ganarse la vida es como camarera de un café en el corazón de Hollywood. Sebastián es un joven compositor algo arrogante y seguro de sí mismo, sobrevive la vida tocando piano en bares de mala muerte, que soporta seguidamente los reproches de su hermana, ya que quiere que haga uso responsable de su vida. Es un rebelde que busca su causa. La representación de los rasgos esenciales del personaje lo observamos en la escena en la que el desafía a su jefe para acabar tocando su propia música y no villancicos como le solicito él. Es ahí donde por primera vez escuchamos el tema central de Mía y Sebastián al piano, en una escena al que el destino ha conducido a Mía; que se convierte así en testigo del despido de Sebastián y del hechizo de la música. Sin embargo,  la joven sufre la humillación de ser ignorada por él.

Antes la película nos reserva una sorpresa, ¡Mía tiene novio! quien lo lleva a cenar con su hermano y con su respectiva pareja, en un lapsus ella lo había olvidado. Fue un día inoportuno ya que era su cita con Sebastián. Mía sale huyendo repentinamente de la escena donde no quiere estar para ir al encuentro de su príncipe que lo esperaba solo y aparentemente ‘’plantado’’ en la sala del cinematográfico. Cuando están a punto de rosar sus labios acaba la película y por idea de Mía van al mejor lugar  para ver las luces de la ciudad.  Es una escena donde los amantes son situados bajo bóveda celeste como si el mundo existiera solo para ellos. La escena tiene un comienzo lento con ellos tomándose de la mano en una danza circular y envolvente que acaba bajo un paisaje estrellado para que surja la magia: sus emociones; mientras se van incorporando instrumentos a la sinfonía. Hasta que la música  se acaba y caen suavemente en silencio sobre dos butacas y allí se produce el beso; subrayado por una cortinilla que cierra a negro en círculo, el broche clásico y más emblemático para sellar un beso como los grandes cines.

 No hay amores épicos sin barreras, sin obstáculos en el camino. Ambos sueños colisionan en una realidad que hace de su romance una misión imposible sin traicionarse a sí mismos, el detonante es un nuevo personaje que aparece para dar giro dramático a la comedia.  En encuentro casual aparece Harry antiguo amigo del joven, que le ofrece trabajo en su banda de jazz. Dos historias paralelas, que distancia a Mía y Sebastián, porque ella permanece luchando por ser actriz y él viaja de gira en gira, un fuerte y largo tiempo dando fin a su relación y mía abandonando su sueño.  Después  que Sebastián recibiera una llamada reacciona al fin como se espera de todo príncipe en un cuento de hadas y decide tomar riendas para que la joven regrese de su exilio emocional y se enfrente a la mayor prueba, la mayor oportunidad de su vida que naturalmente es una audición que puede reservarle el salto a la fama. Era un final donde ella podría salir airosa o sucumbirse en la frustración por siempre. Por un lado, Mía no sólo sale brillante de su casting, fue reclutada a Francia a seguir con sus sueños y cinco años después logra convertirse en una actriz reconocida por todos y llega a formar una familia con otro hombre y tiene una hija. Por otro lado, Sebastián decide esperar a Mía en los Ángeles y logra poner su club de jazz con el logo que ella lo había creado para el mientras mantenían una relación. En la escena final, ambos se miran y siguen sus caminos. Aunque se despiden con una sonrisa.

Mi punto de vista y crítica de la película Lalaland, es una película que necesita ser vista dos veces para entender las lecturas que se realizan en sus canciones. La canción con la que empieza la película es un resumen que le está diciendo al espectador lo que va a pasar. Todo empieza muy loco, alegre pero la vida sigue y lo que acabas de ver no importa. La película tiene dos ideas muy claras en todo el argumento, una principal y una secundaria. La idea secundaria de la película es el romance. La película sucede durante un año y luego hay un avance en el final de cinco años después. Sebastián y Mía, los protagonistas, se pasan dos estaciones con los típicos encuentros hasta que se enamoran. En las siguientes dos estaciones, el amor les cambia. Por amor somos capaces de cualquier cosa, de olvidarnos de nuestro sueño. Queremos apoyar incondicionalmente al otro hasta el punto de olvidarnos de nosotros mismos. Porque ya no eres solo tú, son dos y de sueños no se vive.

El tema principal de La la land es la pasión por tu sueño, por ese trabajo deseado, la realización del yo que quieres serEl amor y la profesión se mezclan en un cóctel tan difuminado que apenas somos capaces de ver qué pasa realmente. La canción “City stars” se toca en tres ocasiones en la película con diversos significados para el protagonista Sebastián. La primera vez canta solo en el puente, al atardecer y con letra. Busca a alguien con quién completar su canción o auto realizarse. Busca su oportunidad en la gran ciudad, su lugar en el mundo. La segunda vez es el dúo con Mía y mezcla amor, sueños y sentirse completo. La última vez es sin letra, no necesita expresar sentimientos. Se intenta reflejar la duda que no llega a salir de los labios: “¿Y si hubiera pasado esto?” sobre las decisiones tomadas, los caminos elegidos y quién somos.

No es casualidad que ambos protagonistas sean capaces de alcanzar su sueño cuando se separar. Es una imposición de su amor a su profesión por encima del amor a otra persona. Esta película nos quiere decir que algunas veces, en la vida no se puede tener todo. Y entran en juego las preguntas. ¿Y si hubiéramos seguido juntos? ¿Y si hubiera dicho esto y no aquello? Y si… Pero las decisiones ya se han tomado y has tenido que elegir. No hay vuelta atrás, ojalá, pero la vida sigue. Eligieron a ellos mismos en vez del amor.

 “’La La Land’ me convence por muchas cosas, pero sobre todo por la sensación de verdad que transmite; no vende una felicidad regalada por el hecho de ser un musical. Porque, en verdad, es un musical triste, con mucha más hondura y emoción de lo que a primera vista parece. Me gusta, por sorprendente, que sea un musical romántico cuyo mensaje último es que el amor no está por encima de todo. 'La La Land' te enriquece cultural y musicalmente. Es una película en la que no te aburres y eso que no te está explicando una gran historia. Su argumento lo hemos visto muchas veces, una relación de amor entre un chico y una chica. Pero va más allá, te habla de los sueños y, además, te toma en serio como espectador.

Por último, "En cuanto a la relación romántica, la secuencia final, esos últimos 7 minutos, tienen una carga nostálgica, romántica bien interesante. Lo mejor de la película está concentrado en esa última parte. Para mí que el final es el adecuado. Ambos se encontraron en el momento adecuado de sus vidas y funcionaron, mutuamente, como un estímulo para alcanzar sus sueños. Además la película no habla del amor, sino de las metas de cada uno. Y en el momento final, en qué Mía imagina como hubiera sido la vida juntos, pues, también, revela que si hubieran terminado juntos, uno de los dos hubiera tenido que sacrificarse en favor del otro. Lo que es egoísta y no hubiera sucedido. El camino de La La Land es bueno y su final, mejor. La película no te dice que los finales felices no existen,  sino más bien que si existen, pero no siempre van hacer justo como te lo esperas. La película intenta decirnos que la vida no es un guion escrito, donde todos los eventos ya están predestinados, y ocurrirán uno tras otro de forma ordenada y con sentido. La vida es de hecho siempre cambiante, da giros, y muchas veces no la puedes controlar. Pero porque las cosas no terminen siendo justo como te la imaginaste, no quiere decir que sean malas, o que no puedes ser feliz. De hecho en lo personal me parece que tanto Sebastián como Mía, tuvieron su finales felices, sólo que no juntos. ".


La importancia de "perseguir un sueño a pesar de los obstáculos" es un precioso mensaje.

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