LALALAND
Es una película romántica y musical
estadounidense del año 2016. Los protagonistas de esta historia son Mía y
Sebastián, una joven aspirante a actriz y un apasionado músico de jazz con
sueños de abrir su propio club y ser famoso; ellos se llegan a conocer y
enamorar en los Ángeles mientras intentan hacer realidad sus sueños. Al mismo
tiempo tendrán que afrontar las frustraciones que se presentan en el camino y
una de ellas será seguir juntos o luchar por sus sueños por separado.
Mía comparte piso con tres amigas y que como
cualquier joven cuelga en la pared de su cuarto un gran poster de la estrella
de sus sueños, tiene mala suerte en todos sus casting y su forma de lucha de
ganarse la vida es como camarera de un café en el corazón de Hollywood. Sebastián
es un joven compositor algo arrogante y seguro de sí mismo, sobrevive la vida
tocando piano en bares de mala muerte, que soporta seguidamente los reproches
de su hermana, ya que quiere que haga uso responsable de su vida. Es un rebelde
que busca su causa. La representación de los rasgos esenciales del personaje lo
observamos en la escena en la que el desafía a su jefe para acabar tocando su
propia música y no villancicos como le solicito él. Es ahí donde por primera
vez escuchamos el tema central de Mía y Sebastián al piano, en una escena al
que el destino ha conducido a Mía; que se convierte así en testigo del despido
de Sebastián y del hechizo de la música. Sin embargo, la joven sufre la humillación de ser ignorada
por él.
Antes la película nos reserva una sorpresa, ¡Mía
tiene novio! quien lo lleva a cenar con su hermano y con su respectiva pareja, en
un lapsus ella lo había olvidado. Fue un día inoportuno ya que era su cita con Sebastián.
Mía sale huyendo repentinamente de la escena donde no quiere estar para ir al
encuentro de su príncipe que lo esperaba solo y aparentemente ‘’plantado’’ en
la sala del cinematográfico. Cuando están a punto de rosar sus labios acaba la
película y por idea de Mía van al mejor lugar para ver las luces de la ciudad. Es una escena donde los amantes son situados
bajo bóveda celeste como si el mundo existiera solo para ellos. La escena tiene
un comienzo lento con ellos tomándose de la mano en una danza circular y
envolvente que acaba bajo un paisaje estrellado para que surja la magia: sus
emociones; mientras se van incorporando instrumentos a la sinfonía. Hasta que
la música se acaba y caen suavemente en
silencio sobre dos butacas y allí se produce el beso; subrayado por una
cortinilla que cierra a negro en círculo, el broche clásico y más emblemático
para sellar un beso como los grandes cines.
No hay
amores épicos sin barreras, sin obstáculos en el camino. Ambos sueños
colisionan en una realidad que hace de su romance una misión imposible sin traicionarse
a sí mismos, el detonante es un nuevo personaje que aparece para dar giro
dramático a la comedia. En encuentro
casual aparece Harry antiguo amigo del joven, que le ofrece trabajo en su banda
de jazz. Dos historias paralelas, que distancia a Mía y Sebastián, porque ella
permanece luchando por ser actriz y él viaja de gira en gira, un fuerte y largo
tiempo dando fin a su relación y mía abandonando su sueño. Después que Sebastián recibiera una llamada reacciona
al fin como se espera de todo príncipe en un cuento de hadas y decide tomar
riendas para que la joven regrese de su exilio emocional y se enfrente a la
mayor prueba, la mayor oportunidad de su vida que naturalmente es una audición
que puede reservarle el salto a la fama. Era un final donde ella podría salir
airosa o sucumbirse en la frustración por siempre. Por un lado, Mía no sólo
sale brillante de su casting, fue reclutada a Francia a seguir con sus sueños y
cinco años después logra convertirse en una actriz reconocida por todos y llega
a formar una familia con otro hombre y tiene una hija. Por otro lado, Sebastián
decide esperar a Mía en los Ángeles y logra poner su club de jazz con el logo
que ella lo había creado para el mientras mantenían una relación. En la escena
final, ambos se miran y siguen sus caminos. Aunque se despiden con una sonrisa.
Mi punto de vista y crítica de la película Lalaland,
es una película que necesita
ser vista dos veces para entender las lecturas que se realizan en sus
canciones. La canción con la que empieza la película es un resumen que le está
diciendo al espectador lo que va a pasar. Todo empieza muy loco, alegre pero la
vida sigue y lo que acabas de ver no importa. La película tiene dos ideas muy
claras en todo el argumento, una principal y una secundaria. La idea secundaria
de la película es el romance. La película sucede durante un año y luego hay un
avance en el final de cinco años después. Sebastián y Mía, los protagonistas,
se pasan dos estaciones con los típicos encuentros hasta que se enamoran. En
las siguientes dos estaciones, el amor les cambia. Por amor somos capaces de
cualquier cosa, de olvidarnos de nuestro sueño. Queremos apoyar
incondicionalmente al otro hasta el punto de olvidarnos de nosotros mismos.
Porque ya no eres solo tú, son dos y de sueños no se vive.
El tema principal de La la
land es la pasión por tu sueño, por ese trabajo deseado, la realización del yo
que quieres ser. El amor y la profesión se mezclan en
un cóctel tan difuminado que apenas somos capaces de ver qué pasa realmente.
La canción “City stars” se toca en tres ocasiones en la película con diversos
significados para el protagonista Sebastián. La primera vez canta solo en el
puente, al atardecer y con letra. Busca a alguien con quién completar su
canción o auto realizarse. Busca su oportunidad en la gran ciudad, su lugar en
el mundo. La segunda vez es el dúo con Mía y mezcla amor, sueños y sentirse
completo. La última vez es sin letra, no necesita expresar sentimientos. Se
intenta reflejar la duda que no llega a salir de los labios: “¿Y si hubiera
pasado esto?” sobre las decisiones tomadas, los caminos elegidos y quién somos.
No es casualidad que ambos
protagonistas sean capaces de alcanzar su sueño cuando se separar. Es una
imposición de su amor a su profesión por encima del amor a otra persona. Esta
película nos quiere decir que algunas veces, en la vida no se puede tener todo.
Y entran en juego las preguntas. ¿Y si hubiéramos seguido juntos? ¿Y si hubiera
dicho esto y no aquello? Y si… Pero las decisiones ya se han tomado y has
tenido que elegir. No hay vuelta atrás, ojalá, pero la vida sigue. Eligieron a
ellos mismos en vez del amor.
“’La La Land’ me convence por muchas cosas,
pero sobre todo por la sensación de verdad que transmite; no vende una
felicidad regalada por el hecho de ser un musical. Porque, en verdad, es un musical
triste, con mucha más hondura y emoción de lo que a primera vista parece. Me
gusta, por sorprendente, que sea un musical romántico cuyo mensaje último es
que el amor no está por encima de todo. 'La La Land' te enriquece
cultural y musicalmente. Es una película en la que no te aburres y eso que no
te está explicando una gran historia. Su argumento lo hemos visto muchas veces,
una relación de amor entre un chico y una chica. Pero va más allá, te habla de
los sueños y, además, te toma en serio como espectador.
Por
último, "En cuanto a la relación romántica, la secuencia final, esos
últimos 7 minutos, tienen una carga nostálgica, romántica bien interesante. Lo
mejor de la película está concentrado en esa última parte. Para mí que
el final es el adecuado. Ambos se encontraron en el momento adecuado de sus
vidas y funcionaron, mutuamente, como un estímulo para alcanzar sus sueños.
Además la película no habla del amor, sino de las metas de cada uno. Y en el
momento final, en qué Mía imagina como hubiera sido la vida juntos, pues,
también, revela que si hubieran terminado juntos, uno de los dos hubiera tenido
que sacrificarse en favor del otro. Lo que es egoísta y no hubiera sucedido. El
camino de La La Land es bueno y su final, mejor. La película no te dice que los
finales felices no existen, sino más
bien que si existen, pero no siempre van hacer justo como te lo esperas. La
película intenta decirnos que la vida no es un guion escrito, donde todos los
eventos ya están predestinados, y ocurrirán uno tras otro de forma ordenada y
con sentido. La vida es de hecho siempre cambiante, da giros, y muchas veces no
la puedes controlar. Pero porque las cosas no terminen siendo justo como te la
imaginaste, no quiere decir que sean malas, o que no puedes ser feliz. De hecho
en lo personal me parece que tanto Sebastián como Mía, tuvieron su finales
felices, sólo que no juntos. ".
La
importancia de "perseguir un sueño a pesar de los obstáculos" es un precioso
mensaje.